La costa asturiana celebra el Día de los Océanos con la reintroducción de tiburones pintarroja del Acuario de Gijón

El Bioparc Acuario de Gijón vivió este domingo una mañana histórica e inolvidable con motivo del Día Mundial de los Océanos, en un evento multitudinario que reunió a unos 2.000 asistentes, en su mayoría familias con niños, en la Playa de Poniente. Bajo el lema “¡Cada aleta suma!”, la celebración combinó actividades de educación ambiental con un hito singular: la reintroducción en el mar Cantábrico de 50 tiburones pintarroja (Scyliorhinus canicula) nacidos y criados en las instalaciones del Acuario.
A pesar de las previsiones de lluvia, el sol acompañó durante toda la mañana, favoreciendo una gran participación ciudadana y el desarrollo fluido de la jornada. Desde primeras horas, decenas de familias se acercaron al arenal para participar en una gymkana educativa organizada por el equipo educativo del Acuario, compuesta por estaciones temáticas que despertaron su curiosidad y conciencia ambiental.
Durante la gymkana, los niños y niñas se sumergieron en distintas estaciones. En 'La Gran Migración', descubrieron los largos y peligrosos viajes que realizan las tortugas marinas para sobrevivir y reproducirse, y conocieron de cerca la labor que realiza el CRAMA (Centro de Recuperación de Animales Marinos de Asturias) para proteger a estos y otros animales cuando llegan heridos a la costa.

Más adelante, en la estación'“Ponte a Salvo', comprendieron las múltiples amenazas que enfrentan las especies marinas, desde la contaminación hasta la pesca accidental, poniéndose en el lugar de los animales para reflexionar sobre cómo nuestras acciones afectan a su supervivencia.
La última parada, 'Explora', los invitaba a maravillarse con la increíble biodiversidad del océano. Desde los diminutos organismos del plancton hasta la imponente ballena azul, los niños aprendieron cómo cada ser vivo cumple un papel vital en el equilibrio del ecosistema marino.
“Me ha encantado saber que las tortugas pueden cruzar océanos enteros. Ahora quiero protegerlas”, decía con entusiasmo Claudia Menéndez García, una niña de 8 años procedente de Villaviciosa, mientras sostenía con orgullo su diploma de 'Vigilante del Gran Azul'. Su familia había madrugado para no perderse la jornada y participar en todas las actividades educativas.
Por su parte, Carlos Álvarez y Elena Suárez, padres de dos niños de Gijón, compartieron su impresión tras vivir la experiencia completa: “Ha sido un día especial para toda la familia, algo que recordaremos mucho tiempo”.
La emoción aumentó cuando las familias formaron un pasillo humano desde el paseo hasta la orilla para permitir el paso de los capachos con tiburones de diferentes tamaños. Una selección de niños caminó con cuidado por la arena para entregar los capachos al personal del CRAMA y del servicio de Salvamento del Ayuntamiento, quienes los trasladaron en lancha a una embarcación anclada frente a la costa gijonesa.
La ovación del público fue unánime al partir la última lancha. Un niño pequeño resumió la emoción colectiva y arrancó una sonrisa a quienes lo rodeaban: “¡Es el mejor día de mi vida! ¡He ayudado a muchos tiburones!”.


Mientras tanto, buceadores de Alpha Buceo y técnicos del Acuario coordinaron la operación de reintroducción en una zona marina, especialmente seleccionada por sus condiciones para favorecer el proceso de integración progresiva al medio natural. El barco auxiliar permitió a medios de comunicación documentar este instante único. Tras llegar al punto designado, el equipo técnico del Acuario y los buceadores iniciaron la inmersión, realizando cuidadosamente el traslado de los 50 tiburones al entorno marino, en un procedimiento diseñado para asegurar su bienestar.
El acto contó con la presencia de Nuria Bravo, concejala de Seguridad Ciudadana y Emergencias, y Rodrigo Pintueles, concejal de Medio Ambiente y Sostenibilidad, ambos del Ayuntamiento de Gijón, quienes subrayaron el valor de la colaboración institucional en este tipo de proyectos.
Alejandro Beneit, director del Bioparc Acuario de Gijón, afirmó “Estas acciones dan sentido a lo que hacemos cada día: conectar a las personas con la conservación. Los niños entienden su valor en el ecosistema, gracias a una experiencia real que no se olvida. La respuesta de las familias y la comunidad ha sido increíble y refuerza nuestro compromiso con la protección de los océanos”.
El evento fue posible gracias a la colaboración del Ayuntamiento de Gijón, Alpha Buceo, AsturBoats y la Universidad de Oviedo, a través del proyecto The.SHARK-RAY.map.
Desde el Bioparc Acuario de Gijón se celebra el éxito sin precedentes de esta jornada, que demostró que la educación ambiental y la conservación pueden unirse para generar un impacto real y positivo. Más allá del lema “¡Cada aleta suma!”, la actividad de este 8 de junio se consolidó como un ejemplo de acción colectiva en favor de los océanos y su biodiversidad.

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