Los toldos del millón y medio de euros para Sol suman un nuevo problema por unas 'chinchetas' que rechazó Patrimonio

La llegada de la sombra a la Puerta del Sol acumula un problema más, debido a las últimas exigencias de la comisión de Patrimonio, que vetó el pasado viernes los anclajes de los toldos previstos por el área de Obras, con los que la instalación hubiera acabado en los próximos días.

En su reunión de la semana pasada, Patrimonio rechazó las chinchetas de anclaje a las paredes de los edificios porque “salían un poquito”, explicó este martes la delegada de Obras y Espacios Públicos, Paloma García Romero, desde el Paseo del Prado. El Ayuntamiento de Madrid tendrá ahora que modificarlas para que sean “un poco más planas”.

El de las chinchetas es el último inconveniente que han sufrido las obras para instalas toldos en la Puerta del Sol, una infraestructura que no estaba incluida en la reforma inicial de la plaza situada en el corazón de Madrid, que también experimentó varias demoras. Esta última, indican en el área de Obras, no supondrá retrasos adicionales al trabajarse de forma paralela en otras zonas.

Las sombras estarán listas para el mes de junio, ha indicado Paloma García Romero, cuya área había adoptado el compromiso de tenerlos preparados para el verano e indicó en febrero a este medio que estarían para principios del mes que viene.

La reforma de la Puerta del Sol fue una promesa de Almeida, quien después de la pandemia pensó en peatonalizar completamente la plaza, eliminando el tráfico de forma permanente. También cambió de posición el monumento a Carlos III y reordenó otros elementos, con un coste de 11,6 millones de euros. Los trabajos estaban previstos para las anteriores elecciones, pero acabaron alargándose unos meses más y dejaron la antigua entrada al Cercanías, cuyo cambio estaba previsto.

Las críticas al calor que acumulaba la plaza en verano hicieron que el alcalde planteara la colocación de toldos en los laterales, que han pasado un largo proceso hasta ser autorizados, además de un incremento en el presupuesto. Las velas, que serán colocadas en los próximos días, costaron 475.530 euros (impuestos incluidos) y fueron adjudicados a la empresa Carpas Zaragoza. Pero para instalarlas ha sido necesario lastrar los bancos a los que se anclan, lo que motivó un segundo contrato de 996.171,73 euros, que se está encargando de ejecutar las empresas Azvi y Licuas. La suma de ambos ronda los 1,5 millones de euros, que se añaden a lo ya gastado en el contrato de reforma de la plaza.