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Start-ups con acento andaluz y universidades públicas que siembran emprendimiento

En los pasillos de las universidades públicas andaluzas no solo se gestan carreras académicas. También, cada vez con más frecuencia, nacen empresas. En muchos casos, esas start-ups están profundamente ligadas al conocimiento generado entre aulas, laboratorios y trabajos de fin de grado. El ecosistema emprendedor andaluz tiene una de sus raíces más fértiles en las propias universidades.
Durante años, la imagen más habitual del emprendimiento universitario se asociaba solo a las ferias de ideas o las competencias de pitch. Pero en los últimos años, las universidades andaluzas han ido más allá: ofrecen asesoramiento jurídico y fiscal, premios económicos, acceso a oficinas, conexiones con fondos de inversión y acompañamiento técnico a través de sus oficinas de transferencia de resultados de investigación (OTRIs).
A lo largo de Andalucía, instituciones como la Universidad de Córdoba, la de Cádiz, la de Málaga, la Pablo de Olavide o la de Jaén han sido el punto de partida de proyectos empresariales que hoy desarrollan fármacos, aplican inteligencia artificial en salud o solucionan problemas fiscales en la economía digital. Eso sí, detrás de cada una hay una universidad que ha sabido actuar como aliada en el salto de la ciencia al mercado.
Cobiomic: inteligencia artificial aplicada a la medicina de precisión
A veces, emprender no es una ambición, sino una necesidad. Eso le ocurrió al grupo de científicos que fundaron Cobiomic, una start-up surgida en el entorno de la Universidad de Córdoba y del centro de investigación FIBICO/INIBIC. Todos ellos, con más de 20 años de experiencia en biomedicina y enfermedades inflamatorias, compartían una preocupación: sus investigaciones no estaban teniendo impacto clínico.
El paso por centros internacionales como Cambridge les mostró otra realidad. “Allí era normal crear spin-offs, convertir los hallazgos en soluciones para pacientes”, cuentan. Así que decidieron replicar ese modelo. Desde entonces, Cobiomic trabaja en medicina de precisión, aplicando algoritmos de inteligencia artificial a datos moleculares de pacientes para encontrar biomarcadores que predigan la respuesta a tratamientos en enfermedades como la artritis reumatoide.
La universidad no solo aportó el conocimiento: también participó como socia en la creación de la empresa. Este gesto, poco habitual en Andalucía hasta hace unos años, marcó un precedente en la colaboración institucional.
Glucotypp: cómo identificar picos de glucosa
El profesor Alfonso Lechuga no imaginaba que su investigación sobre monitores continuos de glucosa acabaría en una startup. Él, pediatra y docente en la Universidad de Cádiz, comenzó a analizar cómo ciertos alimentos afectaban de manera diferente a pacientes con diabetes o sobrepeso. Lo que en principio era una tesis doctoral derivó en una tecnología con enorme potencial comercial: una app que permite a cada paciente identificar qué alimentos le provocan picos de glucosa.
Así nació Glucotypp, una empresa que hoy forma a profesionales de la salud y les proporciona herramientas digitales para personalizar las recomendaciones nutricionales. El papel de la UCA ha sido fundamental: canalizó formación a través de su Fundación (FundUca), premió el proyecto con el atrEBT! 2024 y ofreció apoyo logístico y técnico para su despliegue.
Olavide Neuron STX: una molécula con futuro
En 2016, un grupo de investigadores de la Universidad Pablo de Olavide descubrió una molécula capaz de mejorar síntomas en modelos animales de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson. Durante años, trataron de licenciar la patente sin éxito, hasta que decidieron fundar su propia empresa: Olavide Neuron STX.
A pesar de las dificultades económicas, aseguran que el apoyo de la universidad, especialmente de la OTRI, fue esencial para dar el salto. Hoy, su fármaco está fabricado bajo estándares de uso humano y aspiran a entrar en fase de ensayo clínico en los próximos meses.
Zexel: fiscalidad para influencers
Durante la pandemia, la fundadora de Zexel —entonces estudiante de Marketing en la Universidad de Málaga (UMA)— trabajaba en una agencia de influencers. Allí detectó un problema creciente: muchos creadores de contenido, que colaboraban con marcas extranjeras, encontraban serias dificultades para gestionar su facturación y obligaciones fiscales de forma adecuada.
Así nació Zexel, una startup dedicada a automatizar la parte financiera y fiscal de creadores de contenido y agencias de publicidad digital. Su objetivo era claro: simplificar los procesos, garantizar el cumplimiento tributario internacional y eliminar barreras administrativas que ralentizaban el crecimiento de estos nuevos profesionales.
La UMA jugó un papel fundamental en sus primeros pasos. Gracias al premio Spin-Off UMA, la empresa pudo contar con una oficina en el edificio The Green Ray durante tres años, además de acceso a asesoramiento especializado y apoyo económico inicial. Esta infraestructura, reconocen desde Zexel, fue clave para profesionalizar su propuesta y conseguir sus primeras rondas de inversión.
“En los comienzos, cuando nadie apuesta por ti, tener detrás a la universidad fue decisivo”, señala la fundadora. Hoy, Zexel opera a nivel internacional y trabaja con agencias y creadores de contenido de Europa y América Latina, consolidándose como un actor relevante en un sector en plena expansión.
Gaien Data: inteligencia artificial con base académica
Gaien Data es una startup tecnológica nacida en el ecosistema universitario de Jaén, especializada en inteligencia artificial aplicada. Su filosofía es clara: transformar el conocimiento académico en soluciones prácticas, sostenibles y medibles para distintos sectores. “Aplicamos IA desde un enfoque riguroso y académico para ofrecer soluciones confiables, efectivas y adaptadas a cada sector”, explican desde la empresa.
Gaien Data convierte modelos avanzados en herramientas que optimizan decisiones, mejoran procesos y reducen costes. Su actividad abarca desde el mantenimiento predictivo en entornos industriales hasta la visión artificial y la IA generativa, todo con un enfoque aplicado que garantiza valor tangible. Su lema interno resume bien su orientación: “De la investigación al impacto empresarial”.
El vínculo con la Universidad de Jaén se expresa no solo en el origen de sus fundadores, sino en el método de trabajo: combinan innovación, responsabilidad y precisión con una fuerte base científica. En un contexto como el de Linares, afectado por la desindustrialización, Gaien Data representa un ejemplo de cómo la transferencia de conocimiento universitario puede ser motor de desarrollo económico. Con su apuesta por la IA de impacto real, aspiran a convertirse en un puente entre la ciencia y la eficiencia empresarial.
Universidades aliadas
Los casos anteriores muestran diferentes formas en las que la universidad ha sido aliada: como incubadora, como mentora, como inversora e incluso como espacio físico. Las universidades públicas andaluzas están construyendo, paso a paso, un ecosistema en el que emprender desde dentro ya no es una rareza, sino una opción viable.
Queda camino por recorrer: más apoyo económico, mejores conexiones con fondos de inversión y una cultura emprendedora más transversal. Pero la semilla está plantada. Y si algo demuestran estas historias es que cuando la universidad apuesta por sus ideas, el conocimiento deja de ser solo teoría: se convierte en impacto.
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