La Xunta de Rueda y el machismo: otras veces que el PP eligió en Galicia el camino reaccionario contra las mujeres

La despedida pública organizada por la Xunta de Galicia al ya exconselleiro do Mar, Alfonso Villares, investigado por agresión sexual ha levantado críticas de la oposición y de plataformas de mujeres por el desdén hacia la denunciante, por la ausencia de mensajes dirigidos a las víctimas de violencia sexual y por el armazón machista que sostiene la estrategia de trasladar el apoyo solo al hombre imputado y el intento de diluir los hechos –un alto cargo público está imputado como presunto autor de un delito contra la libertad sexual– con los insistentes mensajes sobre que el asunto afecta a su esfera privada y sobre que ha dimitido y, con ello, ha perdido la condición de aforado. Pero el machismo ha dado forma a otras decisiones del Gobierno gallego y del partido que lo sustenta, el PP, bajo la dirección de Alfonso Rueda.
En noviembre de 2022, Rueda llevaba algo más de cinco meses al frente de la Xunta de Galicia, tras la salida de Alberto Núñez Feijóo para liderar el PP español. Con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el 25N, el Gobierno gallego utilizó una campaña que ya llevaba unas semanas difundiendo. “Se viste con las mallas de deporte. Va a correr por la noche. ¿Qué sucede ahora? No debería pasar, pero pasa”, era el mensaje que acompañaba a la imagen de una mujer haciendo deporte.
Las críticas recalcaron que lo que estaba haciendo esa campaña era señalar a las víctimas de violencia sexual por su forma de vestir o sus actividades. Facua-Consumidores en Acción la eligió como el peor anuncio, y el más machista, del año por culpabilizar a quien es agredida. Alfonso Rueda defendió la elección de la Xunta. Alegó que lo que pretendían los mensajes era plasmar situaciones cotidianas en las que una mujer puede sufrir violencia machista.
El candidato condenado por violencia machista
Solo unos meses después, se supo –lo publicó este diario– que el cabeza de lista del PP en A Illa de Arousa (Pontevedra) en las elecciones municipales de mayo de 2023, Matías González Cañón, había sido condenado por maltratar a su expareja. Rueda dijo que desconocía los hechos –que se produjeron en 2011– cuando se hicieron las listas y que, al enterarse, el partido le pidió a González Cañón que se apartase, pero él se negó y, con las candidaturas proclamadas, no se le podía obligar. El presidente de la Xunta y del PP se comprometió públicamente a excluirlo del grupo municipal, lograse o no la Alcaldía –y no la logró–. Rueda no tardó ni un año en incumplir la palabra dada.
El 2 de mayo de 2024 trascendió que el PP de A Illa había recuperado a González Cañón para su grupo y que lo hacía con un comunicado, asumido por el partido a nivel provincial y autonómico, en el que decían del concejal que es un caso de “ejemplaridad y compromiso contra la violencia machista”, pese a la condena a 25 jornadas de trabajos comunitarios por agredir a su expareja. Cuando le tocó a Rueda defender el giro en su postura, se limitó a apuntar al PP provincial de Pontevedra: “Es lo que ellos decidieron y no me voy a oponer”. También manifestó que había pasado más de una década desde la agresión y el condenado “cumplió con la Justicia”.
No fue el único que no tuvo objeciones públicas que hacer a la decisión. El director xeral de Loita contra a Violencia de Xénero, Roberto Barba, rechazó pronunciarse porque consideró que la decisión era “política” –en referencia a que la había tomado el partido, no la Xunta– y su puesto tiene carácter técnico: “No puedo ni debo entrar en polémicas que son decisiones orgánicas de partidos políticos”. Pero para que este magistrado llegase a esta dirección xeral y a estas declaraciones, antes se produjeron otras decisiones de Alfonso Rueda que fueron tachadas de ataque a las políticas de igualdad.
En 2022, Rueda asumió la Presidencia de la Xunta por el salto de Feijóo a Madrid, pero no fue hasta que logró una mayoría absoluta encabezando él mismo las listas –en febrero de 2024– que acometió una reorganización en la estructura del Gobierno gallego. La nueva distribución lo llevó a cambiar lo que había sido, en los equipos anteriores, una Secretaría Xeral de Igualdade por dos direcciones generales. Una, encabezada por María Quintiana, de Promoción da Igualdade. La otra, encabezada por un hombre, Roberto Barba, de Loita contra a Violencia de Xénero. Tanto BNG como PSdeG vieron en esta remodelación una devaluación en materia de igualdad.
“No vuelva a decirme de qué puedo hablar”
El presidente de la Xunta utiliza un tono áspero cuando se dirige a la líder del BNG, Ana Pontón, en las sesiones de control en el Parlamento de Galicia. Han sido varias las ocasiones en las que la política le ha recriminado su actitud. “Nunca más vuelva a decirme de qué puedo hablar o no en este Parlamento. Es una machistada”, le espetó el pasado marzo. En otro debate, referido al proyecto de macrocelulosa de Altri, Rueda le había dicho: “Se arroga unos conocimientos que no tiene ni tendrá en la vida”. Y Pontón replicó recordándole que ella es la líder de la oposición y que la votaron casi medio millón de gallegos: “Y, como mujer, no le tolero que ponga en duda mis conocimientos. Menos paternalismo, menos machismo y un poco de humildad”.
El último episodio quedó registrado miércoles, en un debate en el que la reacción de la Xunta a la investigación a Villares concentró la atención en la sesión de control. Rueda no varió el rumbo que él y su equipo pusieron hace una semana: respaldo al exconselleiro y evitación de las menciones a la denunciante o a las víctimas de violencia sexual. La renuncia de Villares estuvo acompañada de aplausos de su equipo, mensajes elogiosos de sus compañeros, el deseo explicitado de Rueda de que se demuestre su inocencia para recuperarlo para la política y un abrazo público de despedida entre ellos dos. Y las varias preguntas que los medios le lanzaron después al presidente gallego sobre la falta de un mensaje para las víctimas fueron respondidas por él sin un mensaje para las víctimas y con reiteradas alusiones a la presunción de inocencia.
“Ustedes emiten un mensaje demoledor, que ante el paso adelante de una mujer valiente que denuncia a un poderoso, el presidente de su país se pone del lado del agresor y no de la víctima”, le señaló Pontón en el Parlamento. Y el líder del Partido Socialista, Xosé Ramón Gómez Besteiro, fue en la misma dirección: “Ustedes han puesto el foco en la mujer que denuncia. ¿Qué opina, además, del hecho de que se haya filtrado su nombre?”. “Creo en la Justicia, que protege a las víctimas, y la Xunta trabaja por ellas, y creo en la presunción de inocencia”, fue la respuesta de Rueda.
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