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El cemento gana a los talayots: el PP reactiva un viaducto que pone en riesgo el Patrimonio de la Humanidad de Menorca

Vista panorámica del polémico viaducto

Santiago Torrado

Menorca —
9 de abril de 2025 10:59 h

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Este lunes, la política menorquina dio un vuelco tras el anuncio del Consell Insular de reiniciar las obras del viaducto de Rafal Rubí, un puente inacabado que permanece desde 2011 a un costado de la carretera Me-1 en el tramo de Alaior - Maó y que en su momento elevó las tensiones entre organizaciones ecologistas y ambientales y el gobierno del entonces presidente Santiago Tadeo (PP). El principal motivo de conflicto radica en la proximidad de la infraestructura viaria a dos navetas funerarias de la Edad de Bronce, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco como parte del conjunto de la Menorca Talayótica.

En 2023, el Comité Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) recomendó la retirada del puente, señalando su impacto negativo en el paisaje y su incompatibilidad con los valores del sitio protegido. Ahora, el proyecto viario pone en riesgo la conservación de estos monumentos megalíticos.

Según anunció el máximo responsable de la institución, Adolfo Vilafranca, el proyecto está “aprobado inicialmente” y cuenta con un “presupuesto asignado de 6 millones de euros”. Se espera que las obras finalicen en un plazo de 11 meses. “La reforma de la carretera general es una prioridad. El tramo de Rafal Rubí lleva una década con las obras sin terminar. Se han perdido años y millones de euros de forma incomprensible, ya que además es un tramo peligroso. Es un proyecto que se había politizado y ahora vuelve al camino técnico. Ponemos cordura”, aseveró el presidente del Consell Insular en una rueda de prensa que ofreció junto al conseller de Transporte, Juan Manuel Delgado y el conseller de Cultura, Juan Domingo Pons.

“Politización del proyecto”

Según informaron las autoridades insulares durante la rueda de prensa, las actuaciones previstas durante los próximos meses buscarán ampliar la plataforma de la carretera hasta tener un mínimo de 12 metros de anchura, con dos carriles de circulación de 3,5 metros y arcenes de 2,5 metros. “Se mejorará el trazado y la movilidad finalizando las obras del enlace parcialmente ejecutado, con los ramales, losas de transición y acabados que posibiliten realizar los cambios de sentido e incorporación a la vía desde el camino de Rafal Rubí y el Camino de Alcaidus en condiciones seguras”, explicó el conseller Delgado.

La “politización del proyecto” a la que alude el mandatario insular en su discurso tiene que ver con la resistencia que desde hace años ejerce un amplio abanico de entidades sociales, organizaciones ambientales como el GOB y Menorquins pel Territori, asociaciones vecinales y espacios ecologistas de la isla que ya en 2015 protagonizaron grandes movilizaciones para manifestar su oposición a la construcción del viaducto. “Es una obra que busca profundizar el modelo turistificador y que pretende dar más infraestructura a Menorca para recibir más turistas, más coches de alquiler y más beneficio para el mismo sector empresarial concentrado que nos empobrece y nos deja sin lugar para vivir”, expresan a elDiario.es varios ex integrantes de la asociación juvenil Menorquins pel Territori.

Es una obra que busca profundizar el modelo turistificador y que pretende dar más infraestructura a Menorca para recibir más turistas, más coches de alquiler y más beneficio para el mismo sector empresarial concentrado que nos empobrece y nos deja sin lugar para vivir

Ex integrantes de la asociación juvenil Menorquins pel Territori

Como ya informó en su día elDiario.es, en 2023 el Comité Internacional de Monumentos y Sitios de la Unesco (ICOMOS) elevó un informe a las autoridades insulares recomendando la remoción del puente debido a que colinda con las navetas funerarias de Rafal Rubí, dos monumentos que datan de la Edad de Bronce y que hoy son, como el resto de la Menorca Talayótica, Patrimonio de la Humanidad. En ese mismo sentido, el informe también solicitaba al Consell Insular que antes del 1 de diciembre de 2024 debía remitir al organismo internacional un informe sobre el cumplimiento de las recomendaciones.

Ante esta solicitud el gobierno insular encargó en febrero del año pasado un Estudio de Impacto Patrimonial al consultor de la Unesco Jordi Tresserras Juan, expresidente de ICOMOS, que resultó favorable a la construcción del enlace vial, siempre y cuando se construya una “pantalla vegetal” con plantas autóctonas destinadas a mitigar el impacto paisajístico y se fomente “la hidrosiembra y revegetación de los taludes a terraplén generados con el enlace, utilizando especies autóctonas”. El experto también sugirió en su informe “el soterramiento de las líneas aéreas de comunicaciones y las líneas eléctricas”.

El informe entregado en julio del año pasado fue ampliamente celebrado en el gabinete de Vilafranca, cuyos consellers subrayaron el pasado lunes que, “después de casi dos años de trabajo intenso”, ya tienen la solución técnica que “hará compatible la seguridad vial con el Patrimonio Mundial”.

Rechazo social y advertencias de la Unesco

Tras el anuncio del gobierno insular la reacción no se ha hecho esperar y nueve entidades se han pronunciado en contra de las obras, entre ellas el Colegio de Arquitectos, Colegio de Arqueólogos, Consejo Científico del Instituto Menorquín de Estudios, la Asociación de Amigos del Museo de Menorca, el Ateneo de Maó y el GOB.

Aunque el anuncio oficial sobre la reactivación de las obras ya se ha realizado, desde la oposición advierten de que el Consell aún precisa de varios informes preceptivos: del órgano de evaluación ambiental, de la dirección general de recursos hídricos y de las áreas de patrimonio y paisaje. Además, subrayan que el informe que respalda el proyecto fue firmado por Tresserras -que no por ICOMOS-, lo que consideran una falta de aval internacional.

“Esta evaluación de impacto patrimonial se ha elaborado sin contemplar alternativas viables más allá de la propuesta ya preconcebida; no han realizado un verdadero estudio comparativo”, señala Esteve Barceló, coordinador de Més per Menorca, en diálogo con este medio.

“Total falta de diálogo social”

Por su parte, las entidades integrantes del Consell Social de la Menorca Talaiòtica -el órgano creado expresamente para la participación social a propósito del patrimonio talayótico de la isla- señalan que el equipo de gobierno incurre en una “total falta de diálogo social” en lo tocante a Rafal Rubí. “Meses atrás solicitamos por escrito que se reuniera el organismo para poder debatir pero la petición no fue atendida. Por ello se acordó, en 2025, escribir directamente a la Unesco, que es la responsable de velar por los valores declarados Patrimonio Mundial”, señalan representantes de varias entidades que integran el organismo y que insisten en que la reactivación de las obras no cuenta con consenso ni con mayoría social.

“Hay que recordar que la candidatura de la Menorca Talayótica como Patrimonio Mundial se gestó en dos fases: la primera propuesta enviada en 2013 fue rechazada porque no era suficiente que se presentara una relación significativa de elementos destacados del patrimonio prehistórico insular, sino que se requería que estos yacimientos incluyeran un entorno que los vincule. Por ello, la segunda propuesta, que fue definitivamente aprobada a finales de 2023, dibuja unas zonas de territorio llamados componentes (en verde en la siguiente imagen), que presentan una significativa densidad de elementos”, explican desde el GOB, organización que integra el Consell Social de Menorca Talaiòtica.

“Como se puede observar, la zona donde se levanta actualmente el inicio de la rotonda (círculo blanco) de doble nivel de Rafal Rubí, está íntegramente dentro de una zona declarada Patrimonio Mundial”, señalan los ecologistas. Por ello, la Unesco pidió al Consell, en la página 55 inciso i de su informa: “Retirar a la mayor brevedad posible las obras viales parcialmente finalizadas en la zona sureste, componente de Alaior, y los postes y tendidos eléctricos en las zonas paisajísticas entre diferentes yacimientos arqueológicos que afectan negativamente a las vistas paisajísticas”.

“Es decir, que las propuestas que ahora se han anunciado de hacer compatibles las obras con las navetas que están a escasos metros con pantallas vegetales y cosas parecidas ya fueron descartadas en su día”, enfatizan.

Alternativas

Durante más de 10 años, el puente inacabado de Rafal Rubí ha visto pasar largas y calurosas temporadas de verano. También fríos, húmedos y largos inviernos, sin encontrar solución. Entre ser demolido o ser terminado, la balanza parece inclinarse hoy por la segunda opción, lo cual era una promesa de campaña del presidente Vilafranca, pero también una consigna innegociable en el recetario urbanístico del PP de Menorca desde hace años. La pregunta es: ¿existen alternativas que no pongan en riesgo el patrimonio histórico de la isla y puedan garantizar mejor infraestructura vial?

Durante más de 10 años, el puente inacabado de Rafal Rubí ha visto pasar largas y calurosas temporadas de verano. También fríos, húmedos y largos inviernos, sin encontrar solución. Entre ser demolido o ser terminado, la balanza parece inclinarse hoy por la segunda opción, lo cual era una promesa de campaña del presidente Vilafranca, pero también una consigna innegociable en el recetario urbanístico del PP de Menorca desde hace años

“Es evidente que existen alternativas. Hasta 2023 existía un proyecto con enlaces a nivel que ofrecía una solución segura y respetuosa con los condicionantes patrimoniales, ambientales y paisajísticos. Luego llegaron las elecciones y el actual equipo de gobierno ha preferido ignorar esa propuesta y mantenerse firme en el modelo de rotondas a doble nivel, una opción más costosa económicamente, pero también con un mayor impacto patrimonial, paisajístico y ambiental”, enfatizan los ecosoberanistas de Més per Menorca.

Es evidente que existen alternativas. Hasta 2023 existía un proyecto con enlaces a nivel que ofrecía una solución segura y respetuosa con los condicionantes patrimoniales, ambientales y paisajísticos. Luego llegaron las elecciones y el actual equipo de gobierno ha preferido ignorar esa propuesta y mantenerse firme en el modelo de rotondas a doble nivel, una opción más costosa económicamente, pero también con un mayor impacto patrimonial, paisajístico y ambiental

Més per Menorca

Casi 100.000 residentes y 84.000 plazas turísticas

Otra pregunta que cabe hacerse es la idoneidad de un proyecto de estas características en una isla cuyo principal activo es precisamente la conservación medioambiental y el bajo impacto paisajístico. ¿Hace falta un enlace vial a dos niveles que ponga en riesgo el patrimonio insular? Esta pregunta no puede responderse sin atender a la creciente e ilimitada circulación de vehículos turísticos, especialmente de alquiler, que circulan por la isla cada temporada de verano. Ya en 2022, el Govern balear reconoció que la realidad de la presión turística supera en mucho la planificación establecida.

Traducido en números, en el caso de Menorca, hay casi 100.000 residentes y 84.000 plazas turísticas oficiales. Sin embargo, el Instituto Balear de Estadística -oficial- estima que en el pico más alto de la temporada llega a haber en la isla unas 240.000 personas, es decir, 56.000 personas más de las planificadas.

“La necesidad de una infraestructura que absorba toda esta cantidad de gente es la expresión del modelo de crecimiento ilimitado que propone el PP. En lugar del puente lo que hay que hacer es limitar el número de vehículos turísticos como hacen el resto de islas. Es una de las pocas medidas que puede tener efecto a corto plazo para combatir la masificación y el colapso que se vive cada verano”, concluyen desde el GOB.

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