'La familia de la tele', un mes después: radiografía del convulso inicio que ha vivido el nuevo 'Sálvame' en RTVE

Imagen de una entrega reciente de 'La familia de la tele'

Pedro Zárate

Independientemente de cómo y cuándo acabe, La familia de la tele ya tiene reservado un sitio en la historia de La 1. Un sitio de dudoso honor, pues nunca antes un programa había generado tanto ruido a su alrededor. Ni siquiera La Revuelta tuvo un aterrizaje tan convulso, y eso que se dijo de todo -y nada bueno- acerca de su millonario presupuesto y de su supuesto servicio a la causa 'sanchista'. Sin embargo, el show de David Broncano ha dejado todo esto atrás ofreciendo un contenido que gusta al público y logrando unas audiencias que satisfacen a RTVE. Dos argumentos imbatibles que La familia de la tele ni siquiera ha estado cerca de alcanzar en su primer mes de vida.

Desde su estreno el 5 de mayo, el magacín presentado por María Patiño, Aitor Albizua e Inés Hernand ha sido muchas cosas y ninguna a la vez, y en esa indefinición se encuentran muchos de sus problemas. Estaba previsto que arrancara con un desfile por Prado del Rey y una (caótica) yincana al estilo Pekín Express para, a partir del día siguiente, emitir su primera entrega propiamente dicha, ya con los presentadores y los colaboradores instalados en el ambicioso plató construido para la ocasión. Y sí, todo eso se cumplió punto por punto, pero los discretos datos del desfile (8.7% y 9.1% de cuota) y el 'primer' programa (8.7% y 7.4%) obligaron a los responsables del formato a ir cambiando sobre la marcha su hoja de ruta.

Cinco semanas después la sensación es que no hay ni hoja ni ruta, solo la voluntad de ir probando cosas y rezar para que alguna una funcione. Por ahora, todos los intentos han resultado infructuosos. Prueba de ello es que las audiencias del formato han ido de mal en peor y su permanencia en la parrilla es cada vez más insostenible. Sin embargo, ahí continúa después de que el presidente de RTVE, José Pablo López, dejase claro el pasado 29 de mayo que solo retirará el programa “cuando tenga el convencimiento de que no da más de sí”. Una convicción que dijo no tener en ese momento, solo un día antes de que el segundo tramo del magacín fuese cancelado.

- Audiencias por semanas de 'La familia de la tele':

  • Primera semana (5-9 mayo): 8.3% y 726.000 / 7.1% y 526.000
  • Segunda semana (12-16 mayo): 7% y 605.000 / 6.1% y 448.000
  • Tercera semana (19-23 mayo): 6.6% y 563.000 / 6% y 422.000
  • Cuarta semana (26-30 mayo): 7% y 600.000 / 6.1% y 437.000
  • Quinta semana (2-5 mayo): 6.1% y 534.000 / 2º tramo cancelado

Poco 'Sálvame' para unos, demasiado para otros

Dos semanas antes de que desapareciera la segunda parte, los protagonistas de La familia de la tele pusieron el foco sobre sí mismos para hacer un ejercicio de autocrítica y sinceridad acerca de todos los reveses que ya habían sufrido a esas alturas. De todos los implicados, Belén Esteban fue la que más lejos llevó este ejercicio al reconocer, entre lágrimas, que estaba “amargada” y que ya no quería estar ahí: “Yo estoy acostumbrada a hacer otro tipo de televisión. Hay cosas que quiero decir y no puedo decir. Quiero ser libre como antes, cuando metía la pata”.

La tertuliana no mencionó directamente ni a Sálvame ni a Ni que fuéramos Shhh, pero ni falta que hizo. Sus palabras bastaron para poner sobre la mesa uno de los temas que más conversación ha generado en torno a La familia de la tele: la imposiblidad de que sea Sálvame por el hecho de emitirse en la televisión pública. El presidente de RTVE fue el primero en marcar distancias entre ambos formatos, pero cuando fichas a los directores, productores, presentadores y colaboradores de Sálvame para hacer un magacín que será emitido en el mismo horario que Sálvame, lo lógico es que el público espere ver algo muy parecido a Sálvame, aunque sea en otra cadena.

Pero justo aquí está la clave: que no hablamos de otra cadena cualquiera, sino de la pública, a la que se le presuponen unos valores que chocan con el polémico bagaje televisivo que arrastran la Esteban, Patiño, Kiko Matamoros y compañía desde sus años de gloria en Telecinco. De hecho, profesionales y exprofesionales de RTVE tardaron poco en poner el grito en el cielo por su llegada a la Corporación, donde La familia de la tele lleva un mes atrapado en una encrucijada: no es lo suficientemente Sálvame para los que quieren ver un nuevo Sálvame, pero es demasiado Sálvame para los que quieren ver otra cosa que no sea Sálvame.

Hoy por hoy, LFDLT no es ni una cosa ni la otra, sino una continua patada hacia adelante y un quebradero de cabeza para sus responsables, que lo han intentado casi todo para salvar un programa que nació gafado -el apagón y la muerte del papa Francisco retrasaron dos semanas su estreno- y con un plan de emisión un tanto extraño -dos bloques separados por dos horas de diferencia para mantener a Valle Salvaje y La Promesa en sus respectivas franjas-. Sin olvidar, claro, que llegó arrastrando unas expectativas que quizá no se ajustaban a la realidad, sino a una realidad alternativa en la que el universo Sálvame aún tenía cabida en la primera línea televisiva aunque el final de la etapa de Telecinco y los meses en Ten insinuaran lo contrario.

Los constantes cambios de horario

Todos los intentos por reflotar el magacín han ido por dos lados, siendo el primero de ellos su horario. Inicialmente, el programa producido por La Osa Producciones fue concebido para emitir su primera parte en la sobremesa (de 15:50 a 16:50h), y la segunda en el tramo final de la tarde (de 18:30 a 20:30h). Esta disposición -diseñada para no perjudicar a las series diarias- dejaba poco margen de maniobra a RTVE, que aun así la fue modificando constantemente quitando minutos de un lado y de otro. Todo ello con el fin de colocar a La familia de la tele en la mejor posición posible y elevar su audiencia, algo que todavía no ha conseguido y que está condenando al formato a moverse entre la 4ª y la 5ª posición de su franja.

Entre la primera semana y la cuarta, La 1 amplió 40 minutos la duración del primer tramo y redujo a una hora el segundo. Una después, el primer tramo pasó a durar 30 minutos menos y el segundo desapareció directamente en la programación. Y en esta última semana, La familia de la tele ha terminado su único bloque en torno a las 17:15h pese a que la cadena pública anunció que terminaría a las 17h. Es decir, que un mes después de su estreno, sigue sin tener un horario 100% fijo.

Por ahora, lo máximo que ha logrado La 1 con este vaivén ha sido elevar el share de La Promesa y llevar a récord el de Valle Salvaje, pero sin mejorar las audiencias de LFDLT.

En el lado contrario tenemos la situación actual, la que más quería evitar RTVE, que en los últimos días ha visto cómo sus series caían a sus datos más bajos del año sin que el magacín ganara nada con ello. Especialmente brusco ha sido el descenso de Valle Salvaje, que en solo una semana ha pasado de marcar sus mejores cuotas (10%-12%) a volver a las peores (7%-8%). Eso sí, ambas series subieron casi dos puntos el jueves coincidiendo con su nuevo retraso; una subida que La 1 buscará refrendar a partir de ahora sin descartar más alteraciones en su hora de inicio.

Horarios aproximados de 'La familia de la tele' desde su estreno:

  • Primera semana (5-9 mayo): de 15:55 a 16:50h / de 18:30 a 20:30h
  • Segunda semana (12-16 mayo): de 15:55 a 17:10 / de 19:10 a 20:30h
  • Tercera semana (19-23 mayo): de 15:55 a 17:20 / de 19:10 a 20:35h
  • Cuarta semana (26-30 mayo): de 15:55 a 17:30 / de 19:30 a 20:35h
  • Quinta semana (2-5 junio): de 15:55 a 17:15h / 2º tramo cancelado

Las idas y venidas con el formato del programa

Los cambios de horario han ido sucediéndose en paralelo a los cambios de contenidos. Un día después del ejercicio de autocrítica de Belén Esteban y sus compañeros -probablemente el momento más Sálvame de La familia de la tele-, el programa introdujo dos relevantes novedades: María Patiño pasó a presentar en solitario el primer tramo, dedicado al corazón, y Aitor Albizua e Inés Hernand asumieron las riendas del segundo, que a partir de aquella tarde se convirtió en un espacio de sucesos y actualidad. Solo dos semanas más tarde, dicho tramo fue cancelado, así que a la vista está que aquel giro hacia contenidos más serios tampoco caló entre el público.

El lugar que ocupaba la segunda parte de La familia de la tele lo ocupan ahora El club de La Promesa, un breve espacio de reportajes sobre la serie diaria, y El Cazador Stars, justo el programa que cedió su sitio a LFDLT hace apenas un mes. De momento, el concurso está anotando datos incluso más bajos que los del magacín (4.5%-5.5% de cuota), algo que entraba dentro de lo imaginable y que ha llevado a RTVE a empezar la producción de Trivial Pursuit, la adaptación televisiva del mítico juego de mesa, que a priori sustituirá a El Cazador Stars en próximas fechas, si bien la radiotelevisión pública todavía no ha confirmado que vaya a ser exactamente así.

Mientras tanto, el presente de LFLDT ya solo pasa por su primer bloque. Albizua y Hernand se incorporaron a él tras la retirada del segundo tramo, aunque su inmediata vuelta a la sobremesa no fue sencilla. Los responsables del magacín aprovecharon los últimos recortes impuestos por RTVE para reformular el programa de la peor manera posible: ofreciendo una hora llena de incomodidad y vídeos inconexos aderezada con la cuestionable actitud de María Patiño, la ausencia de colaboradores y una realización que consistía en un único plano fijo.

Aquella tarde, la del 2 de junio, La familia de la tele tocó fondo a nivel televisivo. Sin embargo, el martes vivió su enésima transformación para dejar atrás tan indigna emisión. Ahora el programa al menos transmite ganas de ser eso, un programa de televisión. Uno con toques a lo Sálvame, alguna que otra sección nueva y el regreso de los tertulianos, que durante una hora y cuarto se dedican a hacer cualquier cosa para entretener al personal, ya sea comentar noticias, cocinar, arreglar un seto o, incluso, recrear una escena de Verano azul.

En su debe sigue estando explotar al máximo el ambicioso plató que tiene a su disposición. Un plató que fue concebido para que fuese como un barrio, Bellavista, y acogiera al nutrido plantel de colaboradores elegido para formar parte de esta aventura. 25 entregas después, algunos de esos colaboradores no han aparecido y la participación de otros ha sido meramente testimonial, lo que evidencia la continua improvisación en la que lleva instalado el programa desde su primera semana.

Aun así, por el camino se han ido sumando otros rostros -Alba Carrillo, Josep Ferré, Cayetana Guillén Cuervo- a la espera de ver si acaban como la orquesta del Titanic o todo lo contrario: ayudando a reflotar este transatlántico televisivo que por presupuesto, plató, protagonistas, riesgo y expectativas es La familia de la tele.

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